Estampados, punto, ‘patchwork’, faldas escocesas con tirantes, terciopelo, pata de gallo y cuadro Príncipe de Gales: así es la colección cápsula que han ideado el cantante y el director creativo
Si para algunos Miley Cyrus dejó de ser Hannah Montana el día en que dio aquel célebre concierto en el Rock in Rio de Madrid, Harry Styles comenzó a ser Harry Styles en 2019 cuando, por primera vez, subió las escaleras de la MET Gala con un atuendo bastante alejado de lo que se le presuponía por aquel entonces al cantante inglés célebre por ser miembro de la boy band One Direction. Apareció con pendientes de perlas, pantalones de sastre de cintura alta, botas de tacón y una blusa que, además de llevar volantes en las mangas y en el cuello, dejaba entrever sus tatuajes: la prenda era de encaje transparente. Aquella imagen chocó, excepto a quienes ya llevaban años siguiendo de cerca la trayectoria de Styles y sabían que tal uniforme pertenecía a la misma marca italiana –Gucci– con la que el joven se despidió de One Direction en 2015, sobre el mismo escenario del programa británico Factor X que vio nacer a la banda. Durante aquella actuación sus miembros iban enfundados en un traje clásico de invitado de boda, excepto él. Porque Harry también vestía traje, sí, pero el suyo era de color burdeos y contenía flores victorianas estampadas a lo largo de la americana y el pantalón.
Dos nombres hubo detrás de la transformación del cantante. Su estilista personal, Harry Lambert, y por otro lado Alessandro Michele, director creativo de Gucci, que desde su entrada en la casa florentina a principios del 2015 no ha dejado de avisar al inglés para casi todas las campañas de sus colecciones. Hoy son grandes amigos. Al parecer se escriben por el móvil, comparten memes y anécdotas y reaccionan ante ellas con un enorme Ha Ha Ha, la onomatopeya que los angloparlantes utilizan para reírse a carcajadas y la que ahora da título a la primera colección cápsula conjunta de Gucci y Styles, presentada ayer lunes en los canales oficiales de la firma.
Michele lo explica así: “La idea de trabajar juntos me vino a la mente mientras hablábamos un día por teléfono. Le propuse crear un armario de ensueño, empezando por esas pequeñas peculiaridades que toman forma en nuestras visiones de la infancia”. Se refiere a trajes, vestidos, faldas o camisas, a las piezas elementales cuya noción se va definiendo y sobre todo restringiendo a medida que la sociedad le va diciendo a uno qué es correcto ponerse y qué no, en función de la edad, el género o su clase social. Pero en Ha Ha Ha esas limitaciones se han trastocado bastante. “Aquí hemos creado una mezcla de estéticas, desde la moda pop y bohemia de los setenta hasta una revisión del estilo de caballero, subvirtiendo la sastrería masculina”, añade el director creativo.
GUCCI
Lo que Michele quiere decir es que con el cantante se lo ha pasado muy bien saltándose los códigos aún encorsetados del vestir. En la colección figuran trajes con un estampado muy similar al de las batas escolares para niños –incluyen dibujos de cerezas y ovejitas–, pijamas para salir a la calle con motivos de ardillas y corazones, con la posibilidad de llevarlos junto a un chaleco de punto como el de las universidades de la élite inglesa. Aparte, hay cazadoras de piel hechas a partir de patchwork, faldas escocesas con tirantes, gorras gavroche, broches en forma de oso de peluche malhumorado –esa imagen se ve además en algunas camisas– y maletas de mano con estampados de guepardo. En cuanto a los tejidos, no se han olvidado de la pata de gallo rosa y el terciopelo, combinados aquí con el clásico cuadro Príncipe de Gales que se ha llevado, claro está, al límite.
En definitiva, nada alejado de lo que Harry Styles acostumbra a ponerse, y todo muy en la línea del universo al que Alessandro Michele lleva tiempo dándole vueltas y vueltas sin que su público llegue a aburrirse, porque el diseñador sabe cómo entretener. Ya sea asociando pantalones vaqueros campana del siglo XX a joyas del XVIII, patrocinando la mayor exposición de moda de este año en el museo Victoria and Albert de Londres, juntando el logo de Gucci y el de Adidas en una misma prenda. O sin ir más lejos, lo que ha hecho ahora con Ha Ha Ha, que es básicamente presentar una colección a la vieja usanza, casi cuatro meses antes de sacarla al mercado –se venderá a partir del próximo octubre–, recuperando así una de las dinámicas principales del mercado del lujo: la de fomentar el deseo a base de hacer esperar a tu cliente.